De miedos, sueños y derrotas.
Estoy viviendo una etapa llena de cambios en mi vida.
No me avergüenza decir que me echaron de mi último trabajo, las cosas no fluían ni conectábamos. Yo estaba en atención al cliente/alumno y para mí, sí, lo reconozco, tenía más valor esa persona que confiaba y pagaba su dinero a la empresa que la propia empresa. Aunque no entendían que para mí el verdadero valor de una empresa es cómo trata a sus clientes, pero para la empresa, el valor prioritario era ella misma. Lógico y comprensible totalmente. Por eso me echaron.
Ahora siento que afloran mis creencias limitantes más oscuras. «Que si no sirvo para nada, que si no estoy haciendo nada de provecho, que si soy una inútil…»
Me he pasado más de media vida luchando para las empresas en las que he trabajado (trabajo desde los 16 y tengo 50), puedo decir con la cabeza alta, que el problema no es que no me haya esforzado, hasta cuando iba al wc me sentía mal por parar de trabajar. Quizás el problema es que mi forma de trabajar o mis conocimientos no gusten, no sean buenos o suficientes, no sé, mil cosas. Aunque bueno, menos los dos últimos, todos me fui yo porque creía que así mejoraba…pero mejorar el qué?, a mí misma o un sueldo?.
Y qué tengo ahora? esa continua sensación de que sigo sin valer nada y que estoy en el paro porque no sirvo para nada. Sin trabajo, como si ésto fuera algo que me defina.
Pero la cuestión es que cada día cuando me levanto, lo único que tengo en mente es cómo luchar para salir a flote, pero en esa «lucha» me doy cuenta que ahora realmente me estoy esforzando por mis sueños. Mis propios sueños, no los de otra persona.
Y con qué sueño?, con un mundo justo, bueno, a ver, sé que es una utopía, pero al menos, que mi mundo más cercano al menos lo parezca. Creo en el valor de las pequeñas cosas, por eso, mi obsesión con las flores silvestres, esas a las que nadie mira y el campo está repleto de ellas. Sin ellas, no sería campo, sólo sería un pedazo de tierra. Pero los humanos pagamos por un ramo de rosas, cultivadas en invernaderos.
Sueño con visibilizar a las mujeres «invisibles». Las que se levantan cada día como yo, intentando hacer realidad sus sueños. Sueño en que ninguna persona se sienta menos que otra por ser baja, alta, flaca o gorda. Sueño con que acabe el miedo. Que podamos vivir, sencillamente, sin miedo. Sin miedo a quedarnos solos, a perder el trabajo…
Sé que parece una frase hecha, pero el miedo, paraliza. El miedo te hace trabajar en cosas que te hacen desdichad@ porque ahí no puedes ser quién eres.
Sueño en que todos tengamos una sana autoestima, porque me he dado cuenta que cuando te amas de verdad, desde el respeto y sin juicios, lo empiezas a hacer con los demás. No te hace feliz, enjuiciar a otra persona y buscas la forma siempre de tratarla con respecto. Y eso, me da paz, sencillamente, me hace sentir PAZ.
Sueño en cuidar la tierra, no maltratar a los animales, mostrar respeto por todo y por todos. Sueño con ser feliz con esas cosas.
Mi proyecto?, la web y a través de ella, poder visibilizar estas cosas o personas en las que creo y con las que reconozco que me estoy empezando a sentir que igual sí que valgo, aunque no tenga trabajo. Porque todo el mundo tiene una belleza que debe ser respetada, seas una simple y pequeña flor silvestre o una rosa cultivada.
Todo el mundo puede aportar algo al otro. Absolutamente tod@s, del primer al último ser humano. Pero deberíamos visibilizarnos más, aunque eso es muy diferente a vendernos. Deberíamos mirarnos más a nosotros mismos con amor, con respeto para ir a por nuestros sueños, por muy idiotas que parezcan.
Y aquí estoy, exponiendo mis miserias y mis sueños. Siendo todo lo honesta que puedo ser. Mirando a la cara a mis miedos, aceptándolos e intentando superarlos, por mí, por mi familia y por esos sueños que me hacen sentir viva.
2 Comentarios
Andrés
Maravilloso escrito, estoy totalmente de acuerdo en tus reflexiones, me encanta esta web, sigue adelante lo estás haciendo muy bien, eres única en el universo, tu puedes, saludos
admin
Andrés, pues no sé qué decirte, me has emocionado, muchas gracias de todo corazón.