Tu ego piensa, tu alma siente.

Muchas veces necesitamos tanto sentir que controlamos nuestra vida, que estamos continuamente enfocadas en lo que nos falta y no en lo que sí tenemos.

Por eso no hacemos más que pensar, buscar soluciones, alternativas, métodos para llegar a dónde creemos que necesitamos llegar para pensar que estaremos felices.

Pero si eres capaz de analizarlo objetivamente todo eso que te hace «falta» viene del ego.

El ego necesita del miedo, de la carencia para existir. Sí, por un lado el ego también te ayuda a existir, pero no te ayuda a «vivir».

Son cosas diferentes. Para «vivir» necesitas «amor» porque de eso naciste, del amor. Biológicamente las células se multiplican, se expanden, gracias a compartir y ¿qué es compartir? Amar.

¿Y qué es eso que no permite al amor expresarse? El miedo, y ya hemos dicho que el miedo es del ego. Y para alimentar el miedo necesitas enfocarte en la carencia. Por tanto, para dejar actuar al amor, necesitas soltar esas preocupaciones y simplemente, empezar a ocuparte de ellas con amor, amor hacia ti y hacia tu vida, simplemente porque te sientes en gratitud con ella.

Y así sin darte cuenta será cuando verás como los frutos del amor empezarán a florecer.