• Dinero y autoestima.

    Antes de entregar vuestro dinero, pensadlo bien.

    Por si alguien no lo sabía, hace casi 3 años decidí dejar atrás mi vida anterior e irme con mis hijos a la gran ciudad.

    Un lugar dónde pudieran tener la posibilidad de realizar sus sueños, bien sea estudiando lo que quisieran, trabajando y encontrando mejores oportunidades para llegar dónde ellos desearan, o bien sea pudiendo experimentar la vida por sí mismos para aprender y crecer como personas.

    Básicamente no quería que se conformaran como yo y se tuvieran que quedar en trabajos mal pagados que sólo les dieran para poder subsistir.

    No digo que eso esté mal, pero si alguien quiere, aspira o sueña con algo diferente debería tener la posibilidad de poderlo alcanzar.

    Bueno a lo que iba, a raíz de salir de mi zona de confort, he vivido y estoy viviendo muchas experiencias, unas positivas y otras negativas.

    Por mis condicionantes de; mujer, sola, con pocos recursos y ya con cierta edad, reúno ciertas características susceptibles de poder ser “aprovechadas”.

    Por eso he pensado en escribir este post y quizás los vaya ampliando para poder compartir más precauciones para que personas como yo o para quién quiera, obviamente, les pueda servir de algo ni que sea mínimamente.

    Sobre el hecho de estar sola, es decir, no tener a nadie al lado con quién compartir decisiones, sea lo que sea lo que tengas que vivir, eso conlleva que todo tiene que pasar solo por ti y por si no lo sabías, ese “todo” tiene un precio y no hablo sólo de un precio material.

    Vivir ciertas cosas te hace más fuerte pero también te agota y conlleva el riesgo de que las personas con las que tengas que negociar o contratar servicios lo puedan aprovechar a su favor. La gente suele ver en tu soledad un signo de debilidad y consciente o inconscientemente van a ir a por ti, sobretodo si tú te crees débil.

    El tema es que cuando tienes que tomar decisiones lo haces en base a tus posibilidades, conocimientos y experiencias. Si tienes poco de eso, o lo tienes limitado, muy probablemente, las personas que lo vean, lo van a aprovechar. Y si además como dije antes, tienes una baja autoestima peor aún.

    Aclaración, no pretendo asustar a nadie, solo que en base a mi experiencia, me gustaría avisar o dar recomendaciones para que personas como yo, no se sientan tan solas y puedan decidir mejor sobre sus vidas y no tengan que pasar por situaciones tristes.

    Y tampoco pienso que vivir eso sea malo, al fin y al cabo todo son experiencias y aprendizajes, situaciones con las que si creces puedes llegar a sentir momentos de felicidad y gratitud, pero si no hace falta pasar por ahí, pues mejor…porque básicamente quién se beneficia de esa inexperiencia son las personas malas que hay en este mundo, que las hay y no podemos ni deberíamos obviar esa realidad.

    Ejemplos prácticos:

    .- Alquiler de un piso. En las grandes ciudades los precios están fuera del alcance de un único sueldo, al menos si ese sueldo es de un trabajo precario o básico. Tu única posibilidad es empezar alquilando una habitación. Pero claro, eso conlleva vivir con alguien. Por favor, vigilad quién es ese alguien. No os precipitéis. Estudiad bastantes opciones antes de decidiros. Tener que vivir bajo el yugo de alguien que es el propietario de la casa, bajo su mismo techo, puede afectaros a muchos niveles, sobretodo si esa persona no está bien emocionalmente. No os dejéis engañar por la primera impresión. Preguntadle cosas, hasta os diría que os dejarais llevar por la intuición si no sois capaces de ver realmente como es esa persona, a veces la intuición nos lo dice, pero no la solemos escuchar. Entonces si no lo tenéis claro, escuchádla, por favor, os vais a ahorrar muchos disgustos.

    Después si podéis alquilar un piso, por favor, no alquiléis un piso viejo. Buscad, tened paciencia, buscar más opciones. Un piso viejo, como nosotras, cuando nos hacemos un simple rasguño es mucho más complicado de curar. Pues con un piso viejo igual, van a caerse cosas, se van a romper mucho más fácilmente. Cuando os vayáis de ahí, si no lo habéis podido arreglar, se os van a quedar con la fianza, si es que no se ha arreglado con anterioridad, pero para eso también habréis tenido que gastar vuestro dinero en algo que no será para vosotras.

    En la gran ciudad, un piso viejo igual será caro. La avaricia humana no tiene límites. Si no hay demanda para esos pisos, al menos, van a tener que bajar el precio. La gente se queja de los políticos, pero la gente de a pie, en su vida privada, son peores. Os lo aseguro.

    .- Hay algo que me preocupa y lo he vivido desde dos perspectivas diferentes. La falta de autoestima. Por eso mi obsesión con ella, porque ahora más que nunca me he dado cuenta que es imprescindible para vivir en esta sociedad con la que nos toca lidiar.

    Vigilad con esos gurús que venden fórmulas mágicas para arreglar vuestros “problemas”.

    Creo que las mujeres que vamos cojas de eso, somos blanco fácil en muchos aspectos y por eso, dada mi experiencia quisiera ayudar a que las mujeres no tengan que pasar por ahí.

    Si queréis estudiar o tratar vuestras “carencias”, perfecto, hacedlo, pero por favor, antes de contratar cursos, servicios, coachings, consultas, etc…leed antes con mucho detenimiento su política de venta y los servicios que ofrecen. Sobretodo cuando se trate de cursos largos en el tiempo y caros y si además son cursos de formación no reglada. Y si se trata de “arreglar” algo que creéis que tenéis mal, al menos, que sea a ciencia cierta que os lo van a arreglar. Pero yo, de vosotras, dudaría realmente si tenéis algo tan malo como para necesitar que otro ser humano que probablemente también esté “dañado” como vosotras os pueda “arreglar”.

    Os puedo asegurar que no solo quieren vuestro bienestar, quieren vuestro dinero. Y sin dinero, vuestra estima va a seguir por los suelos, porque creeréis que sois incapaces…y volveréis a estar en ese círculo vicioso en el que os sentiréis nada y por tanto pensaréis que la solución está ahí fuera y que sólo os la pueda dar alguien que no sois vosotras y vuelta a pagar y vuestra estima seguirá cayendo por los suelos, creyendo que no valéis. Y sí que valéis, lo tengo claro, solo que a la sociedad le interesan personas débiles.

    A los de arriba, les interesan personas a las que poder engañar, utilizar y manipular. Y para eso usan la política, la religión y la falsa espiritualidad.

    Y les interesa, porque poco o mucho, tenemos dinero y en realidad, sólo quieren eso, nuestro dinero. Nos hacen creer que quieren nuestro bienestar, pero no, no es cierto, quieren nuestro dinero y para eso, tenemos que ser seres manipulables y débiles. Y sabéis una de las fórmulas para conseguir eso? quitándonoslo, para así vuelta a empezar, porque sin dinero somos aún más manipulables y débiles. Y si nos sentimos débiles, nuestra autoestima desaparece y volvemos creer que necesitamos una solución externa. Esa ES LA RUEDA en la que no deberíamos entrar.

    Y sí, el dinero es necesario e importante en vuestra vida. Lo necesitáis para conseguir vuestros sueños y para vivir en unas condiciones dignas, porque por desgracia vivimos en un capitalismo feroz.

    Y sí, el dinero se puede y se debe compartir con las personas, pero con las personas adecuadas, las que vibren en vuestros mismos valores. Y si entregáis vuestro dinero que sea porque os amáis, porque queréis crecer, porque vuestra sana autoestima os dice que eso será mejor para vosotras, no para arreglar nada porque os creías que hay algo mal en vosotras. NO HAY NADA MALO. Que nadie os lo haga creer.

    Por eso, antes de dar vuestro dinero a alguien, sea en alquileres, en estudios, en compras o relaciones…(eso lo explicaré en otro post)…pensadlo muy bien antes de hacerlo por favor, porque os va la vida en ello.

  • Palabras para ti.

    Para quién escribo?

    Foto de Dzenina Lukac

    Foto de Dzenina Lukac

    Escribo para ti, si me quieres leer. Pero no es para que me leas a mí, es para que te pueda transmitir mis palabras, que quizás de alguna forma perfecta y maravillosa, lleguen a rozar tu alma. 

    Sé que suena muy pretencioso creer que puedo tocar de alguna forma tu ser. Tampoco no es esa mi intención. 

    Lo que pasa es que me gusta ser lo más sincera y honesta posible y creo realmente que solo cuando sucede entre humanos se produce la magia. Claro que está la naturaleza, ella también nos toca el alma, quizás igual o más que otro ser humano. Pero la naturaleza siempre está ahí, esperando a que nos maravillemos con ella. 

    Solo los humanos tenemos la capacidad de hacer algo por el otro. Es decir, lo nuestro, es una elección.

    La naturaleza, en sí misma, es perfecta. 

    Los humanos nos tenemos que esforzar, tenemos que dejar que salga de nosotros lo mejor. Pero cómo? Este es el dilema.

    Pero a lo que iba, quizás por mi edad y mi situación, dirijo mis escritos a personas como yo. Esas que nos encontramos en una etapa de la vida en la que ya hemos luchado lo nuestro y aunque que estemos solas o no, pero ya sabemos lo que significa la soledad, somos esas mujeres que estamos trabajando en algo que quizás no tiene mucho que ver con nuestros sueños, aunque miramos a ese trabajo como si de una lotería se tratase. Esa edad, para las que tenemos hijos, en la que esas personitas son ya más suyos o suyas, que nuestros. 

    Los humanos vivimos la juventud como esa etapa en la que se experimentan multitud de cosas, pero en realidad, no hay nada como nuestra edad, para saber lo que vale realmente un peine, como dirían nuestros padres.  

    Experimentamos la soledad, el abandono, el desprecio, el que el amor de tu vida no te quiera, el que prefiera a otras u otros, que no tengas trabajo, o un hogar, que tus amigos o amigas te den la espalda, simplemente por  luchar por tu vida de forma diferente a como ellos creen que deberías hacerlo, que la gente no te entienda, que intentes que tus hijos no se den de bruces y tienes que ver como se dan de bofetadas por todos lados, mil situaciones vividas por unos y por otros pero que nos duelen, o mil cosas más. Cada uno y cada una de nosotros, tiene la suya. Y ninguna es más importante que otra, cada uno, vive su vida y sus circunstancias, como mejor sabe y puede. 

    Experimentamos el hecho de haber dado mucho, entregado media vida a tu ex-pareja, a tus padres, a tu familia, a tus hijos y la otra media a tus trabajos y no parece que nada de eso regrese a ti. 

    Estamos en esa edad en que te planteas, aunque no quieras hacerlo, el preguntarte, qué he hecho con mi vida? Cuándo la dejé de lado para esforzarme por los demás?.

    Escribo para esas mujeres (y hombres también, ojalá se sientan identificados) que tienen más heridas en el corazón que remiendos. Que su día a día se centra más en buscar como “curarse” que en vivir.

    Otra vez más, intentando ser mejores, ser una mejor versión de nosotras mismas para alguien, aunque nos engañemos creyendo que es para nosotras. Parece que tenemos adherido en el ADN esa necesidad imperiosa de ser mejores, para que nos miren, para destacar entre los demás o para que sencillamente nos quieran y nos acepten. 

    A veces creo que nos volvemos a olvidar de vivir, porque ahora, nos centramos en entender porqué o para qué nos sucedió lo que nos sucedió. Cómo aprender a curarnos esas heridas que dejamos que nos infligieran?. Seguramente hacemos eso para ser perfectas, para que no sea un esfuerzo para el otro querernos, aceptarnos. Porque el hecho de ser “perfectas” hace que para esa otra persona sea fácil amarnos. 

    Y yo creo que cada ser humano tiene un tesoro dentro, un corazón, seguro que lleno de heridas, pero precioso igualmente. Está latiendo, está viviendo. Solo quiere ser feliz. Él no pide nada especial, creo que solo necesita ser aceptado, tal y como es. 

    Pienso que si lo amamos, entonces, él nos devolverá toda la magia que sabe hacer. Nos dejará brillar, porque sencillamente, le estaremos dejando en paz. 

    Da igual las heridas, da igual el pasado, da igual el futuro incierto, da igual que no nos quieran ni valoren lo suficiente, todo eso, creemos que daña a nuestro corazón, pero lo que realmente le duele, es que nosotras o nosotros mismos, le estemos pidiendo que sea mejor, diferente, que no llore o no ría cuando lo necesite, que siempre le pidamos más de lo que da y menos de lo que siente.  Le estamos todo el día amargándole la existencia, cuando él solo quiere seguir a su ritmo. 

    Pero volviendo al principio, cómo dar al otro lo mejor de mí?. Siendo, simplemente, siendo, sin juicios ni condiciones, para darle a mi alma lo que necesita y para sentir que lo que doy a los otros es simplemente, lo que soy.

    Amarnos, para dar y dar para ser felices.