Secuelas emocionales de un aborto

Estamos viviendo en una sociedad en la que es fácil abortar, hablo de la del primer mundo, claro. Se nos ha vendido la idea de que nuestro cuerpo es nuestro, idea que me parece correcta, pero sin más explicaciones.

Ahora el aborto es un método anticonceptivo más, está regulado y se lleva a cabo con todas las medidas oportunas, correcto.

Pero, ¿qué pasa realmente cuando te enteras de que estás embarazada y no era buscado? ¿Qué pasa por tu cabeza cuando tienes que comunicarlo al padre, cuando empieza la cuenta atrás y tienes que tomar una decisión rápidamente?

Ese hijo se ha engendrado por la voluntad de dos personas, pero la responsabilidad parece que recae solo en la madre y ahí empieza ya la primera dificultad para ella, porque de ella depende la última decisión, eso es lo que te repiten constantemente.

Pero, ¿qué pasa cuando tu alma quiere tener a ese hijo, porque una vez sabes que está ahí, tu instinto maternal solo quiere protegerlo, pero tu cabeza te dice que ahora no es el momento porque no podrás mantenerlo o cualquier otro motivo de peso?

Ahí empieza una lucha brutal contigo misma, con tus valores, con lo que te dirán las personas que lo saben, con lo que imaginarías que te dirían otras personas, con los eslóganes de los políticos que no sirven para nada, con lo que te gustaría hacer, pero no puedes…

Empiezas a sentir un sentimiento de culpa muy grande, que derivará en un auto juicio constante, aunque no seas consciente, por lo que vas a hacer y eso te hará bajar la autoestima y tu autoconcepto. Tus pensamientos se centrarán en tu embarazo y como en la mayoría de casos, esos pensamientos serán negativos, te empezarás a sentir mal y eso te llevará a un estado emocional que probablemente acabe en depresión o ansiedad, sobre todo si no has tenido apoyo psicológico de ningún tipo o peor aún, si se te ocurre llorar mientras te están practicando un aborto y que la enfermera que te asiste te diga “haberlo pensado antes, ahora no valen los lloros” (oído por una clienta mía en una clínica de aborto).

Si decides abortar finalmente, no todo se acaba ese día, igual que tener un hijo, no tenerlo también te cambia la vida, porque sabes que lo hubieras tenido si no fuera por tus circunstancias y entonces, tu mente puede empezar a hacerte daño con pensamientos tales como “ahora hubiera salido de cuentas”, “ahora tendría un año”, “cómo sería”, “soy una mala persona por haberlo hecho”…

Escribo esto porque quiénes se lucran y hacen negocio de esta problemática, deberían ser conscientes de las verdaderas secuelas que se quedan “invisibles” en la mayoría de mujeres que abortan.

Creo que son unos hipócritas, quieren empoderar a las mujeres olvidándose que tenemos alma y corazón y que una vez te quedas embarazada el instinto maternal aparece lo quieras o no, banalizan algo tan importante como la vida humana y te venden que abortar se trata de una simple decisión, cuando deberían avisar de todo lo que hay antes, mientras y después de abortar.

Prefieren dedicar esos presupuestos a perpetuar este problema porque así saben que nunca se va a acabar su fuente de ingresos, antes que dedicar presupuestos a la concienciación de que hay que tomar siempre precauciones, que el aborto tiene consecuencias reales en la vida personal de las mujeres y también la de los padres que quizás sí querían tenerlo o quizás convencieron a la madre de que no, sea como sea, no sale gratis para nadie, además deberían tener muy en cuenta que si no se tratan esas secuelas emocionales serán muy difíciles de superar. En algunas partes de España, ir al psicólogo tiene una lista de espera de dos años.

En el siguiente post comparto unos breves consejos para que te ayuden a superar mejor lo que supone un aborto https://sanaautoestima.com/como-procesar-las-emociones-de-un-aborto/