Que la culpa no te coma, ámate sin culpa.

Te comes tus emociones o ellas te comen a ti?

Cómo gestionar las emociones para que no sea ni una cosa ni la otra?. Cuántas veces has sentido tristeza, ansiedad, soledad, rabia, enfado…? Y lo primero que te ha venido a la mente ha sido comer?

Automáticamente después de comerlo, seguro sentiste remordimientos, pero aún así, eso fue lo único que te reconfortó. Y si lo piensas bien, que lo único que te reconforte sea eso, seguro te hace sentir aún más tristeza que tener que vivir esas emociones que por algún motivo no quieres sentir.

El tema sería no culpabilizarte aún más por eso, porque creo realmente que engorda más la culpa que las calorías. Así que quizás el problema no sea la comida en sí, ni tus emociones, sino que el verdadero problema sea la culpa que sientes.

Autoestima

De dónde viene?, porqué y para qué la sientes? Porque eres incapaz, aunque sea un trozo de lechuga, de dejar de sentir esa pesadez que significa la culpa.

Y si probamos de hacer algo al respecto? Si tuviera una forma, un color, una textura, cómo sería la culpa para ti? Imagínalo por un momento, párate a pensar, descríbelo con detalles, luego imagina que sea como sea lo que has imaginado que es para ti esa culpa, la cargas en tu bolso o mochila durante una semana.

Durante ese tiempo piensa solo en eso que llevas a cuestas (si quieres carga un peso real literalmente). Pero dentro de una semana, coge eso que pesaba y que llevaba la forma de tu culpa y escríbele una carta. Dale las gracias por todo lo que te ha acompañado en la vida, dile que aunque tú no entiendas los verdaderos motivos de porqué siempre ha estado contigo y que aunque sabes que para ti debía ser importante, pero que ya se acabó, que ya no quieres seguir cargando con eso.

Después empieza un diario de tus emociones, descríbelas, plásmalas e intenta comer y disfrutar con la comida y sobretodo con la vida. 

Si aparecen por algún motivo los remordimientos, escribe sobre lo que sientes. Y entre las palabras, escríbete cosas bonitas porque simplemente tú vales mucho, recuérdalo siempre.

Luego verás como será mucho más sencillo comer cosas sanas, cosas que te cuiden y sean verdadero alimento para tu cuerpo.

Aprender a alimentar a tu alma, es la base para empezar a amarte más y mejor.

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