Objetivo: Autoestima

Hoy hablando con mi amiga, le he confesado algo que hasta en este momento no había entendido de verdad y no será porque no lo hubiéramos hablado cientos de veces.

No será porque no habré leído mil escritos o visto mil vídeos sobre este tema.

No será porque ya no soy joven y debería haberlo entendido antes.

Quizás es porque hasta que la vida no me ha apretado lo suficiente, no lo he comprendido realmente.

Aunque bueno, escribir sobre esto esperando que quién me lea lo entienda, será más de lo mismo.

Creo que a todos nos pasan las cosas para que encontremos la respuesta a ese «Para qué?, para qué nos pasa esto y no lo otro?.»

Nos enfocamos en el «por qué?» y la solución nunca llega, hasta que no comprendemos el «para qué?».

El problema se enquista, se viste con diferentes disfraces, lo vivimos de muchas formas posibles, hasta que de golpe, cuando menos te lo esperas, te llega la respuesta.

Y no es que esa respuesta, haga que desaparezcan tus problemas, pero quizás llega para aprender a gestionarlos diferente.

Digo quizás, porque igual hoy haya visto claramente el motivo de mis problemas y quizás mañana, se me olvide.

Pero bueno, al grano, creo que la solución a muchos problemas, la gran mayoría, pasa por tener constantemente una sana autoestima.

Sí, la frase se repite hasta la saciedad pero hasta que realmente no la vives, no la sientes en tu piel, en tu alma, en tu cuerpo, en tu presente y en tu futuro, no entiendes porque te duelen tantas y tantas cosas.

Si de verdad tuviera una sana autoestima, todo ese dolor, resbalaría por mi piel, sin dejar que entrase en mi cuerpo o en mi alma.

Si tuviera una sana autoestima, no dejaría que el menosprecio me hiciera sentirme menos que cualquiera.

Si tuviera una sana autoestima, no me dolería que no me quisiera.

Si tuviera una sana autoestima, no tendría miedo DE NADA.

Lo que más me duele, es por qué lo he permitido?, para qué lo he permitido?, de qué me ha valido?, a quién le ha beneficiado?.

A mí solo me ha servido para darme cuenta del tiempo perdido pensando en quién me menosprecia y en quién no quiere estar a mi lado. Y me he dado cuenta que mientras estaba enfocada en ese dolor, me era imposible enfocarme en lo bueno de mi vida, que si lo pienso, es mucho más grande y mejor que todo esa parte negativa, que en realidad, solo vino para hacerme dar cuenta de lo verdaderamente auténtico y positivo de mi vida.

Así que, objetivo comprendido y asimilado: QUERERME, más que nunca y más que nadie.

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