La autoestima y los pensamientos

Según piensas, sientes

Cuando al Dalai Lama Tenzin Gyatzo le preguntaron cuál es el equivalente de autoestima en su idioma tibetano, no comprendió la pregunta: ¿Qué quiere decir eso?, inquirió. Una vez explicado el término, volvió a preguntar: “¿Y por qué alguien debería entrenarse para quererse más? Es como hacer fuerza para hacer algo natural”.

Si les preguntáramos a los niños si se quieren seguro que dirían que sí, porque son cosas que  ni se las plantean. La autoestima es un concepto adquirido, o mejor dicho, ese amor hacia nuestra persona es de lo que nos vamos desprendiendo a medida que pasa el tiempo. 

Es a través de las opiniones ajenas, tanto de familiares, amigos o de la escuela que nos vamos formando un autoconcepto, que tanto puede ser  negativo como positivo.

Ese autoconcepto es el que va a afectar la visión que tenemos de nosotros mismos y en el caso de que ese autoconcepto sea negativo muy probablemente vamos a empezar a estar incómodos en nuestro cuerpo y esa sensación se va a traducir en pensamientos negativos con los que muy probablemente nos vamos a torturar a cada momento. 

Vamos a condicionar nuestras acciones con nuestros pensamientos y eso acabará transformando nuestra vida a mal, en la mayoría de casos. 

Por tanto, si sabemos cómo hemos llegado a vivir situaciones que no nos gustan, sólo tenemos que cambiar esa primera sensación, es decir, cómo nos sentimos al oírnos nuestros propios pensamientos y para que nos sintamos bien tenemos que decirnos cosas positivas.

Es cuestión de detectar cada vez que pensamos “mal” para cambiarlo y pensar “bien”.

Ya lo dice el dicho “vigila lo que te estás diciendo, porque muy probablemente te estés escuchando”.

 

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *