La vida que cambia en el año en que todo cambió (2/2).

Siguiendo el post anterior…sé que es fácil decir que debemos buscar lo que nos haga felices cuando no tenemos ni ingresos suficientes como para pagar todo lo que todos tenemos que acabar pagando.

No, no es fácil. En realidad este mismo tipo de sociedad que hemos creado entre todos es la que nos lleva a ser esclavos de la misma.

Pero cómo salirse de sus ataduras sin salir de ella?.

Bueno si tuviera la respuesta, la diría, pero no la tengo aun, pero sí quizás pueda aportar lo que me está sirviendo a mí.

A veces creo que no ha cambiado nada en mi interior, sigo sintiendo el mismo miedo, reviviendo mi misma historia, pensando las mismas cosas, pero luego miro dónde estoy ahora y dónde estaba hace 3 años y me doy cuenta de todo a lo que me he enfrentado.

Dejar todo lo seguro en la ciudad en la que viví siempre, irme con mis hijos a una gran ciudad, sin trabajo y seguir ahí, en un piso de alquiler, pero en el que estamos por fin, cómodos.

Con la ilusión de la web, con ganas de emprender, de seguir aprendiendo, creciendo, con bajones sí, pero con tantos cambios a positivo, que en realidad no soy capaz de acordarme de mi otra vida.

Y todo ésto lo he conseguido, con mis hijos al lado, enfrentándome a mis propios miedos. Aceptándolos, hasta honrándolos, porque me he dado cuenta que ellos son mi mayor maestro.

Otro factor, creo que muy importante es saber al menos, lo que no quieres. Eso te lleva a saber o intuir lo que quieres e ir a por ello, porque te va la vida en eso.

El otro factor, el que en realidad todo lo puede, es el de confiar en la vida.

Si tu propósito es bueno, si hay un base de bondad, por muy egoísta que te sientas a veces, la vida no sabes cómo pero te va a ayudar y a sostener.

Vas a tener miedo, yo dudo que esta sensación se vaya algún día. Te vas a sentir perdida, muy perdida, sola, muy sola, te vas a sentir herida, muy herida, pero hay algo, en tu alma, que va curando eso y no te das ni cuenta.

Yo creo que es tu niña interior, esa que a veces no haces ni caso, pero ella, en su infinita bondad va poniendo parches, tiritas y va enseñándote el camino a seguir.

Porque tu niña, como todos los niños del mundo, saben más de almas que de egos. Y las almas saben más del universo que del mundo.

A veces también me planteo qué puedo dar yo a otra persona? y hay algo que me quema por dentro y es volver a repetir lo mismo (mis hijos me dicen que soy pesada, pues sí, lo soy), y es que la vida son dos días, uno y medio lo tenemos gastado y el otro que nos queda es oro.

Oro para brillar, para dar a los demás y para ser felices.

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *