Incondicional-mente.
Si nos paramos a pensar sobre lo que hacemos durante todo el día, hay algo que hagamos en lo que no esperemos nada a cambio?
Cuidarnos. Que si comemos bien…es porque esperamos tener salud.
Que si hacemos ejercicio…es porque así nos veremos bien y nos verán bien.
Que si trabajamos…es porque esperamos un salario a fin de mes.
Que si amamos…es porque esperamos que también nos amen.
Y si todo lo que hacemos, lo hacemos porque de alguna forma estamos esperando algo a cambio?
Habrá algo que hagamos, que sea realmente incondicional?.
Dar por el simple hecho de dar?.
Hasta quizás esta acción también no esté exenta de sensaciones buenas que recibimos sin darnos cuenta.
Así que, realmente hay algo o algún tipo de acción que podamos hacer total y completamente incondicional?.
No lo sé, sinceramente.
Quizás vivir en el presente. Disfrutar de una canción, ponerte a bailar y que alguien se ría mirándote.
Quizás comer por el simple hecho de sentirnos afortunados por tener comida en el plato.
Quizás sabernos pequeños, sentir la verdadera humildad que esto supone.
Porque nunca sabemos cuando vamos a dejar de tener salud, trabajo…o dientes para reírnos con ganas.
Quizás entender que no tenemos el control sobre nada.
Amar, aunque no nos amen. Y qué? Si igualmente esa persona nos amara, podríamos mantener el amor de esa persona junto a nosotros si esa persona algún día decidiera que ya no nos quiere más?. No, es imposible.
Así que, quizás hacer todo eso que he dicho al principio sin esperar nada a cambio sea lo que nos libere de las prisiones que nosotros mismos nos hemos autoimpuesto, esperando algo siempre a cambio.
Reír, amar, bailar, trabajar, comer, correr, dormir. Por el simple hecho de hacerlo y disfrutarlo con todo lo que esas cosas nos regalan a nosotros.
Dar gracias, quizás sea lo más incondicional que exista. Disfrutar de esos regalos que nos son dados a cada momento.
Nos los da la vida, la naturaleza, el universo.
Y si sabemos y aprendemos la forma, darlas a los demás sin esperar ni un simple gracias, porque sencillamente nuestros propios regalos ya los disfrutamos cada día.