Cómo sanar las heridas emocionales

Aumentando tu autoestima

Creo que este tema es muy íntimo para pensar que existe una solución genérica para todo el mundo.

Sé que hay una solución para cada una de nosotras.

Pero para eso, necesitamos abrir nuestra alma a una persona de confianza. 

Enseñar las heridas para que esa persona, a través de una gran capacidad de empatizar con ese dolor, pueda buscar la mejor cura.

Aún así, hay alguien que es muy importante en este proceso. Ese alguien, es tú misma.

Si no somos capaces de mirarnos con amor, sin juicios, sin exigencias, sin críticas, nunca vamos a poder sanar esas heridas.

Cómo podemos entonces mirarnos con amor y sin juicios?.

Entendiendo que lo contrario al amor es el miedo. 

Los juicios están en el lado del miedo. Miedo a no gustar, miedo a no ser aceptadas, miedo a fracasar, miedo a la soledad.

Si vibramos en miedo, siempre estaremos juzgándonos y si hacemos eso, va a ser imposible mirarnos con amor.

Quizás vamos a sentirnos cerca de esas personas que creemos necesitas, pero si eso tiene el precio del juicio constante hacia nosotras mismas, lo único que vamos a obtener es alejarnos de nuestra niña, esa que está aún herida y nos necesita.

Tienes que estar muy atenta a cuando tu mente te está juzgando, piensa que lo que está haciendo es hacerle daño a tu alma. Tu mente te dirá que es para que seas mejor, pero de alguna forma te está anulando. 

No se lo permitas, dale las gracias y piensa, ok, no necesito ese pensamiento ahora mismo, ahora necesito mimarme, enfocarme en lo que sí hago bien y me sale bien y voy a potenciar eso.

Poco a poco tu vibración cambiará y tu estado de ánimo también, porque habrás cambiado tus pensamientos. 

Y por qué? porque sencillamente vas a estar del lado del amor, de ese amor que cura. 

Einstein dijo “la fuerza sin amor es gastada en vano”.

Él sabía de lo que hablaba. 

El juicio no funciona con amor, por tanto, eso no te va a permitir avanzar, como mucho retroceder. 

Por eso, cambia tus pensamientos con amor y desde el amor hacia ti, para que toda esa fuerza que necesitas empiece a dar sus frutos.

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *