Cómo me empecé a amar y autosanar.

Recuerdo muchas veces cómo aprendí a amarme o recordé como lo hacía, porque tal como decía mi querida Louise Hay nacemos amándonos, un bebé lo ama todo de él y no es hasta que empieza a ser consciente de los juicios externos que se cuestiona ciertas cosas y se acaba juzgando en base a eso.
Recuerdo un verano en que decidí ir cada tarde a andar entre los huertos de donde vivía antes, allí me ponía mis cascos y escuchaba a Louise.
Me decía a mí misma cuando ella explicaba que tenemos que querernos que yo no sabía cómo, si odiaba mi cuerpo, mi forma de ser, mi forma de hablar, todo vaya.Empecé a comprender cómo funciona la mente, el porqué de las creencias limitantes, el autojuicio, la autoexigencia y el daño que eso suponía.
Repetición tras repetición, comencé a entender porqué me hacía tanto daño a mí misma y porque mi vida era una reflejo de ese daño propio.
Te explico cómo lo hice yo a grandes rasgos, sin contar las noches de soledad, llorando, las mil excusas para volver al papel de víctima (que me era muy cómodo), los miedos constantes…pero bueno, entre todo eso, DECIDÍ intentarlo.Iba a quererme, porque ya no soportaba hacerme tanto daño.
DETECTÉ cada pensamiento negativo sobre mi persona que entraba en mi mente, le daba las gracias (porque comprendí su función) pero le decía que NO LE PERMITÍA más dolor y que se fuera.
ME HABLÉ BONITO, sí, a cuánta más soledad, más me hablaba bonito, con palabras cariñosas.A pesar de que no me gusta mi cuerpo, lo AMO porque le AGRADEZCO cada día que me regala de vida.
Sigo intentando que me guste, pero cuesta, sobretodo cuando vives en una sociedad en lo que se prima es otra cosa, pero no voy a entrar en el papel de victima de nuevo (tengo que vigilar mucho porque es muy fácil caer de nuevo).
Me trato con INFINITA COMPASIÓN.
Te aseguro que después de meses, quizás años, no te lo voy a negar, se consigue sentir PAZ.
Aunque haya días que caiga en la queja o en el desánimo, pero me recompongo pronto porque lo bueno de tener cierta edad es que no quieres perder el poco tiempo que queda desperdiciado entre malas vibraciones.Así aprendí a dejarme de hacer daño, por tanto, a AMARME.
También trabajé con mi niña, pero eso es algo íntimo, entre ella y yo.
¿Y tú, cómo lo haces?